Yo y el Madrid Orgullo 2013
4julio 9, 2013 por orbdiv
Publicamos el punto de vista de un compañero de activismo y amigo sobre la manifestación estatal del Orgullo LGTB de Madrid 2013.
No llevo muchos años asistiendo a la Manifestación Estatal del Orgullo, pero sin embargo lo que he pasado éste año desde mi punto de vista personal ha marcado un antes y un después en éste evento.
Desde un recuerdo no muy lejano del 2007 asistí por primera vez a la manifestación, que como años anteriores ya sabéis iba por la Gran Vía, en ese primer año recuerdo a las asociaciones LGTB marchando bajo el lema “La igualdad es posible”, todo era muy nuevo para mí, el ambiente festivo, las carrozas, las multitudes, las drags, etc, y evidentemente me lo pasé bien. En esos momentos mi percepción de dicho evento fue “esto es la fiesta oficial del colectivo y veo que no soy el único bicho raro, y que efectivamente la igualdad es posible”.
Durante los siguientes años empecé a conocer un poco más lo que es el trabajo de las asociaciones, participé en diferentes talleres donde conocí un poco más sobre la lucha por los derechos del colectivo, el origen de la manifestación, lo que significó en ese momento y la repercusión que tuvo para el futuro de los que por ejemplo, como yo, ahora no tiene que ir huyendo, ni escondiéndose por miedo a ser encarcelado, torturado o incluso penado con la muerte (acciones que siguen existiendo y espero que pronto deje de ser así).
Esto marca un punto de inflexión en lo que es mi percepción del Orgullo Gay, donde pasa de ser una manifestación por los derechos de todxs, por dar visibilidad, por dejar de estigmatizar estereotipos, a ser la fiesta comercial por las calles de Madrid, donde toma menos importancia esa marcha y se convierte todo en un circo de hombres musculados, lluvias de publicidad de fiestas y discotecas, afianzando los estereotipos de que o se es un “machote de pelo en pecho, marcando paquete” o sino un “hombre que le gusta ir vestido de mujer”, donde un grupo de hombres se divierte viendo como se besan dos mujeres sólo por alimentar fantasías sexuales, y las familias, turistas y demás personas, se desviven por tomarse fotos con el que lleva sólo un tanga tapándole el paquete, el hombre de las plataformas de 20cm, los disfrazados de marinerito, policía, y otros oficios, entre otras cosas que me llamaron bastante más la atención.
En definitiva, no me sentí nada identificado con lo que allí pasaba, me parece una degradación de nuestra imagen, se ha perdido la esencia de la manifestación, un evento del que se están apoderando los empresarios, y que en mi opinión se nos ve como el espectáculo del día de “maricones, bolleras y transexuales” que desde un punto de vista erótico-festivo, van por la calle bailando y medio borrachos a los cuales tomarles fotos y que muestran que eso es lo que significa el ser gay, lesbiana, transexual, bisexual, intersexual, etc.
Lo más triste es que al final todo se traduce en dinero e intereses privados, que lo quieren monopolizar e imponer lo que ellos quieren y piensan. Ahora me viene a la cabeza el comentario de un amigo, cuando una tarde le comentaba mi intención de no ir al “Orgullo”, sus palabras fueron “Este año nos han cambiado el recorrido, el objetivo que quieren conseguir es que no vayamos y tener la excusa para dejar de celebrarlo […]”, y yo digo, para qué voy a querer ir a algo que no me representa a mí, sino a los beneficios de otros.
Creo que hay que echar una vista al pasado (yo me incluyo) y recordar que esa revuelta en Stonewall no se hizo para enseñar un cuerpo medio desnudo, repartir publicidad, o bailar los éxitos del momento, se hizo para luchar por la tolerancia y la igualdad, reivindicar la despenalización en el resto del mundo y otros asuntos en los que existe discriminación contra los homosexuales.
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