Ahora soy feliz yo
3diciembre 21, 2018 por Sara L.
Ignoro cuándo se supone que salí del clóset. Desconozco en qué momento fui consciente de ello o cuándo empecé a sentir que esa emoción estampaba su huella en mí. ¿Acaso existe alguna pauta para sentenciar el estado actual de nivel “clóset”? Si así fuera, sería algo como “te has tirado a tres tías, de modo que eres lesbiana y saliste del clóset. Nivel superado. ¡Felicitaciones! Toma, un distintivo Fuera del clóset. No olvides llevarlo visible para que te identifiquen con facilidad”.
No comprendo esas definiciones vacías. La gente no grita a todas horas “hola, soy hetero”. De igual modo yo no presumo de ser lesbiana, solo me importa andar mi camino sin sentirme desviada.
Nunca me han gustado las etiquetas. Por eso me cuesta descifrar si he salido del clóset o no. Diría que mi clóset no tiene puertas que me marquen dónde estoy, como si fueran barreras. No hay puertas, no hay discusión. Es como un espacio abierto con una entrada que también es salida, y fin del sermón.
De niña me atraía el placer de disfrutar un caramelo o un buen bombón y vivía despreocupada saciándome de su sabor. De adulta, me siento profundamente atraída por las mujeres, pero no voy a hacer la comparación.
No comprendo por qué se debe llevar una etiqueta asociada a la orientación sexual, y no por ser morena, alta, delgada, bizca o bracicorta. ¿Es porque se trata de un tema carnal y nos excita saber a quién se meten entre las piernas los demás?
Por no hablar de la presión que ese sello acarrea. Al final, algo tan hermoso como amar a una mujer acaba convertido en un tabú hueco de placer. Eso no puede ser.
Por eso desconozco cuándo se supone que he salido del clóset. La única conclusión a la que he llegado es que soy feliz porque sé quién soy. Sin excusas y sin disculpas. Me siento libre y puedo volar. Tengo miedos y me echo a llorar. Me miro en el espejo y río sin parar. Y si alguna vez hubo un clóset, lo sellé con mi pasado para no volver a entrar.
Viviana Burgos
y
Sara Levesque
Maravillosa diversidad y maravillosa autoestima.¡Siempre hacia delante! Le pese a quien le pese.
Muchas gracias, Mabel, nos alegra mucho que te guste 😀
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