Iconos pop de una pequeña marika italiana
1junio 8, 2020 por matteryu
Creo en la importancia de compartir vivencias y rendir homenaje a nuestras referentes de diversidad sexual y de géneros, personas que reconocemos como modelos de visibilidad en la construcción y el desarrollo libre de nuestras identidades, de nuestros deseos, de nuestras sexualidades, según el espíritu de la Cultura Arcoíris orbitante.
Este artículo surge de la experiencia del Jueves en Orbita del 13 de febrero 2020, Iconos lgtbiq de la canción pop italiana. Aquí voy a cumplir un recorrido un poco distinto y muy íntimo, que no abarca toda la comunidad LGTBIQ*, sino nace desde mi perspectiva personal de marika italiana que ha vivido su niñez en los 80.

Achille Lauro en el Festival de Sanremo 2020
Voy a trazar un camino por la canción popular italiana, investigando principalmente como ha influido en el desarrollo de mi orientación del deseo GAY y de mi expresión de género con PLUMA, fuera de una masculinidad normativa.
Si quieren conocer más sobre la historia de la canción LGTBIQ* italiana, pueden buscar con facilidad en Google unos pocos artículos. Además de la riquísima enciclopedia de Giovanni Dall’Orto (desgraciadamente actualizada hasta 2011), la que me pareció la más sintética, actualizada y cuidada fue ésta del periódico Io Donna.
Mi lista personal querría destacar dos aspectos, estrechamente conectados:
1) si por un lado voy a presentar unas canciones cuyas letras tratan temáticas relativas a nuestra diversidad,
2) por otro lado me voy a fijar en otras que han influido con su espectáculo y se han integrado en el juego de la televisión popular, dando valor a la importancia de llegar de forma directa y sencilla a un público más amplio, tan acostumbrado en mi Belpaese a una propuesta televisiva tradicionalista, poca innovadora y tal vez rancia.
Sí, lo voy a reafirmar, el contexto social italiano fue y es muy diferente del español: la influencia de las jerarquías vaticanas en la política, en la cultura y en toda la cotidianidad es extremamente fuerte; creo que ninguna persona que no haya vivido allí una buena temporada se podría dar cuenta. Esta influencia tóxica llega a tener efectos incluso en la televisión pública y en sus programas, hasta el caso límite del Festival de Sanremo 2009 vivido en primera persona como jefe de prensa de Arcigay en la localidad de Liguria.

Marco Carta, ganador del Festival de Sanremo 2009, salió del armario en 2018
Aquel año, a través de una operación de manipulación cultural sin vergüenza, llegó segunda en el concurso una canción, interpretada por un cantante que no quiero nombrar, de ínfimas capacidades canoras, ¡cuya letras promovían el valor de las terapias reparativas contra la homosexualidad!
Madrid para quien escribe ha representado desde el primer contacto y sigue representando una frontera de libertad, especialmente social, afectiva y sexual. Y leyendo los datos de la migración italiana a España (casi 300.000 personas, primera nacionalidad después de la española en el centro de la Capital), creo que no soy el único en pensar de esta manera.

La carroza del Movimiento Italiano Transexual con Sylvia Rivera en el Orgullo Mundial de Roma en 2000
El año 2000 marcó un antes y un después en la visibilidad LGTBIQ en Italia. La propuesta del primer World Pride de la historia en Roma, justo en el año del Jubileo, desató una infeliz declaración del gobierno (¡de izquierdas!) de aquel entonces, que causó a su vez un debate en la prensa y en los telediarios que hasta mi abuela se enteró de quien era una persona homosexual.
Ese año casi coincide personalmente con mi salida del armario en 1998, así que puedo hacer un paralelo íntimo-nacional para describir un pre y un post en la italo-visión arcoíris.
El himno del World Pride 2000 fue la canción «Nessuno mi può giudicare» de Caterina Caselli, interpretado por la artista y activista trans* Vladimir Luxuria. Por otro lado, Caselli, actualmente una de las productoras musicales más poderosas de país, nunca ha salido del armario.
Entonces ¿qué había antes del 2000? ¿Con qué referentes me he criado y he crecido como pequeña futura marika italiana? He individuado en este panorama bastante off, tres prototipos gay a lo largo de mi infancia y adolescencia: 1) el Gay Sufrido, 2) el Gay Exagerado, 3) el Gay Académico.
El Gay Sufrido
En una mezcla entre identidad sexual, orientación del deseo y expresión de género, el primer estereotipo es el de un hombre gay aislado, perdedor, sufridor, en continua lucha con su aceptación, con su familia y con la sociedad. Nada más cercano a la realidad italiana de todos esos años, de una persona LGTBIQ discriminada a nivel político y social.
Nada más que la propia vida de uno de los mejores cantautores, Umberto Bindi (1932-2002), que salió del armario como homosexual en 1988 y murió en soledad y en pobreza, completamente rechazado por el mundo del espectáculo, que supo valorarlo solo después de su muerte.

Il Nostro Concerto (1960), obra maestra de Umberto Bindi, fue escrita por la muerte de su pareja
La canción que más representa este valle de lágrimas es un clásico de 1976, que recuerdo haber escuchado con conciencia sólo a principio de mi adolescencia: se trata de Pierre, un tema del popular quinteto melódico Pooh. En un intento de petición de perdón católico al mundo, los cinco hombres heteros reconocen que habían sido responsables de este dolor y de la discriminación del protagonista de la canción.
Todo un «mea culpa» fuera de tiempo límite: «…Recuerdo que nos reíamos entre nosotros de tu mirada de niña, de aquella extraña dulzura, triste…»
Veinte años más tarde, en 1996, aparece en el escenario del Festival de la Canción Italiana de Sanremo (sus galas representan los programas televisivos más vistos cada año en Italia) un cantautor casi desconocido, Federico Salvatore. Lleva un tema intenso y dramático sobre su salida del armario con la madre: Sulla Porta. Hay que reconocer que el joven expresa toda su rabia y su determinación en afirmar su orientación, sin embargo el resultado de tanta asertividad familiar hace que que el hijo tenga que irse de casa, despidiéndose de su madre, a su vez maltratada por el padre, en el umbral, por que no hay ninguna esperanza de ser acogido. O sea, la alternativa al dolor de la no aceptación es el rechazo y la soledad del mundo exterior.
El Gay Exagerado
Pertenecen a esta pandilla de amigas y compañeras (de hecho tenían relaciones de amistad entre varias de ellas) una serie de cantautores e intérpretes más indie, representantes de un ambiente “otro”, relacionado con el espectáculo extremo, con una estética drag y con la movida de las grandes ciudades: Ivan Cattaneo, Patty Pravo, Amanda Lear, Renato Zero, Loredana Bertè…

Renato Zero cantando con mucha pluma en 1982 Viva la RAI, oda a la televisión nacional
Excluyendo pocos casos, casi nadie de este grupo salió del armario como LGTBIQ* en esos años, todas jugaban con la ambigüedad, provocando con sus plumas exageradas el bienestar y la tranquilidad de las familias como la mía: nada tenían a que ver con el mundo normativo y sencillo de mi infancia en el campo.
Y nutrían todos mis posibles miedos y terrores de plumofobia interiorizada: «yo no soy así» probablemente escribía con dolor en mi diario secreto.

Cristiano Malgioglio
Hay que mencionar en este sentido la valentía de Cristiano Malgioglio, compositor refinado y popular, que siempre ha sido visible como homosexual desde que yo tenga memoria. Y siempre ha representado la imagen más clara y fuerte de esta categoría, atrayendo sobre si todas las fobias de una entera generación gay que intentaba salir del armario.
El Gay Académico
A parte de las primeras categorías, expresiones de vivencias personales, tenemos un grupito de canciones, escritas por cantautores de alto nivel musical, que han dedicado sus letras a las «temáticas» LGTBIQ: Roberto Vecchioni, Ivano Fossati, Fabrizio De André.
Como buenos profesores de historia y filosofía, cultos, heterosexuales y de izquierdas, han descrito con arte y sabiduría historias de diversidad sexual y de géneros. Si, por un lado, es verdad que han contribuido a visibilizar y dignificar nuestras existencias, por otro, en mi personalísima opinión, les falta aquel sudor y lágrimas que expresan las canciones en primera persona.
En 1978 De André publica «Andrea», historia de amor entre dos soldados. Como siempre trágicamente terminada con la muerte de uno de los amantes.
No puedo cerrar esta sección de referentes históricos, sin citar como plus a la maravillosa Giuni Russo, desgraciadamente prematuramente fallecida, cantante que habría tomado fuerza en mi futuro de crecimiento musical y emocional, mujer lesbiana que interpretó letras dedicadas al amor entre mujeres con originalidad y una voz poderosa y muy poco italiana, como en el caso del tema Sere d’agosto, declinada al femenino, entre delicadas metáforas y citas poéticas de Giovanni Pascoli…
«E qui le sere d’agosto profumano l’aria / Bisogno di sole la voglia di amare / Le sere d’agosto profumi nell’aria / E nei gelsomini le nuove passioni…»
Aquí dejo una canción que años después habría representado todo el sentido de libertad de mi nueva vida que cumple hoy 10 años: Le Contrade di Madrid (Los Barrios de Madrid).
Las mujeres cuir
Yo nací en 1977, y en mis primeros años de vida formé mi identidad a través de temas interpretados por mujeres empoderadas y con grande capacidad comunicativa; mujeres que de ahí a pocos años se volverían brillantes iconos gay. Ellas, #CreadorasDeTelevisión, reproducían una estética cuir, inspirándose a grandes estrellas internacionales.

Heather Parisi – Fantastico 1979
La verdadera novedad es que traían estas imágenes novedosas al prime time del sábado noche de Rai Uno, la principal televisión nacional italiana, dirigiéndose a todos los públicos y rompiendo las cajas normativas, de una forma lenta y sutil y al mismo tiempo poderosa por la amplitud popular de sus públicos.
Con dos años bailaba en la escalera de casa las notas de Disco Bambina, libre de sacar mi micro-pluma. Ella era Heather Parisi, bailarina made in USA, descubierta por el súper conductor Pippo Baudo y recién aterrizada a mi País con sus leggins de colores y sus movimientos atléticos…
Desgraciadamente no se encuentra en YouTube el vídeo original de los títulos del programa TV Fantastico. ¡Creo que mi mariconería nació justo en su primera aparición en la Rai!
Tres años más tarde tocaba a la reina italo-hispano-latina de los iconos gay, Raffaella Carrà, interpretar los títulos de apertura del mismo programa. La Raffa (inter)nacional lo hacía con un himno de libertad, escenificado con un vestuario y una coreografía que forman parte de la leyenda de de la queerness italiana: Ballo Ballo.
Las mariposas de lentejuelas, el vestuario a-gender, las coreografías de Sergio Japino, la dirección de Enzo Trapani y el pelo de Raffaella conforman juntas una auténtica fantasía.
Después de estos primeros bailes, cada año el Festival de Sanremo representaba el escenario principal para nutrir mis sueños de plumas y erotismo diverso. En la apasionante edición del 1983, de la que guardo con amor en casa de mis padres el histórico LP, hace su aparición la desconocida adolescente Giorgia Fiorio, cantando un tema de dudoso valor musical: Avrò.
En mi inocencia de los 6 años declaré a mi familia que estaba enamorado de la joven Giorgia, pero con el pasar de los años he realizado que realmente yo quería ser Giorgia. En primer lugar para poder ponerme su fantástico vestido fucsia, pero sobre todo para tener la libertad de gritar con voz grave y decidida al chico de mis y sus sueños palabras como:
«…encontrar lentamente un lugar obscuro todo para nosotros / buscarte abajo, jersey rojo / y luego tu cuerpo que está todo caliente / seré violenta… / te tendré…»
Después de su debut con 16 años, la carrera musical y cinematográfica de Fiorio, hija del famoso dirigente automovilístico Cesare, duró pocos años más; afortunadamente se volvió una fotógrafa de éxito.
Como plus de esta sección ochentera, quiero contar lo que ha representado mi primer enamoramiento homosexual (no correspondido), aunque fuese un amor que no tenía palabras para definirse. En la edición 1985 de Sanremo, con sorpresa de todo el público, llegó segundo un desconocido chaval mexicano, con la canción Noi, Ragazzi di Oggi que se transformó en el himno de una generación X de adolescentes. Señoras y señores, ¡Luis Miguel!
Con sus formas educadas, su pronunciación latina y su sonrisa blanca, capturó los corazones de miles de chavalitas – y yo entre ellas – perdidas en su melena rubia y en su delicada manera de moverse con gracia, al grito de «Somos el fuego bajo la ceniza». Por primera vez, gracias a su traje elegante y su timidez de los 15 años, se materializó el ideal de novio que toda mamma italiana, incluso las de los pueblos – quería para su hija.
Ese año 1985 triunfó en el Festival una de las pocas canciones ganadoras que hizo un guiño a la diversidad de los amores, gracias a 4 líneas que se podrían interpretar como una apertura a lo LGTBIQ: Se M’Innamoro del clásico trío Ricchi e Poveri.
«Mira el mundo como es extraño / se asombra si te digo que te amo/ pero si nos quitan hasta el amor / después de habernos quitado todo, ¿adónde acabaremos?»
Los Años 90
En la década de mi adolescencia armarizada, no hubieron grandes cambios en la representación diverso-musical de mi país, hasta se podría registrar un regreso, debido al avance de la cultura del Berlusconismo y a la normalización de las carreras de los pocos personajes «exagerados» de los 80. Basta con decir que en estos años un Renato Zero se volvió cantante filo-católico de AveMarías, cerrando todos sus armarios.
En este panorama tan entristecedor, merece destacar la presentación en Sanremo 1993 de un delicado tema de buen nivel musical por parte de un inédito duo compuesto por la refinada cantautora Grazia Di Michele y la intérprete blues Rossana Casale. Una vez más, dos mujeres valientes, las dos acompañadas de rumores LB, que lanzaron la canción Gli amori diversi, conmovedor juego de interpretaciones que expresa toda la reivindicación de:
«los amores diferentes / aquellos que se quedan dentro / y que querrías acunar / sentirlos cantar por la libertad…»
En esa edición del Festival, caracterizada por un buen nivel artístico, las dos cantantes se clasificaron terceras 🙂
En estos años difíciles y sin internet, cuando la representación gay más viva era la peli Philadelphia, mi identidad, a falta de referentes que pudieran contar mis emociones – tanto en la música como en la televisión – tuvo que basarse y crecer a través de un imaginario erótico heterosexual, en una búsqueda desesperada de señales de diversidad en mi propia construcción de los deseos y de las relaciones.
En 1990, Claudio Baglioni, cantautor romántico ya muy popular en los 70 y 80, publicó el doble album Oltre. Y eso fue definitivamente mi gran amor adolescente. Basta con decir que durante todos los años del Instituto, escribía mi diario secreto dirigiéndome a él, ejemplo luminoso de nueva masculinidad elegante, encarnada en un hombre alto y guapo, tímido y culto, y con una buena dosis de pluma.
En 1998 realicé el sueño de cada fan: encontrar a mi ídolo Claudio, a las 4 de la madrugada de una noche de octubre en Bolonia. Los dos con toda nuestra pluma.
Con la premisa que este párrafo daría para otro post a parte, son numerosos los versos de distintas canciones de Baglioni con los que he soñado relaciones sexuales, entre el secreto de mi orientación armarizada y el deseo explícito de mi joven heterosexualidad, representado con arte en su antiguo tema La Prima Volta (La primera vez).
En aquel mismo LP del 90, que consumía cotidianamente en mis tardes solitarias, hay letras más evidentes como en Vivi:
«…buscando un miedo nuevo y la oscuridad de portales, levantarte la falda, hacerlo de pie y saborear nuestra dura afinidad…»
y hay textos más ambiguos que yo analizaba obsesivamente proponiéndome lecturas forzosas en clave gay, como es el caso del «hombre a mitad» en la maravillosa Tamburi Lontani.
En 2020 gracias al Teatro Comunitario Mosaicos Lavapiés del que formo parte tuve la oportunidad de interpretar con mi cuerpo y mi traducción libre la canción de Baglioni E Adesso La Pubblicità (1985), como expresión de mi sexualidad confinada. Ojalá hubiera podido decir al joven Matteo que todo saldría bien y que todo iba a mejor y que habría transformado su Claudio en un icono arcoiris…
Al final de los 90 hay dos grupos musicales que traen un respiro de aire fresco al panorama musical italiano, jugando con sonoridades electrónicas y una imagen más fluida de sus masculinidades: Subsonica (que llegaron a escribir una canción sobre una relación lésbica) y la banda estilo Spaghetti-Bowie Bluvertigo.
En esos años entre 90 y 2000 me acompañaron en el pasaje de mi coming out calentando mis veranos de exploraciones afectiva y musical, en un lento abandono de mi historia de amor con Claudio.
Discolabirinto (2000) es la obra maestra entrecruzada de las dos bandas Subsonica y Bluvertigo, que nos lleva a un espacio alternativo de diversión y baile desenfrenado, hecho de luces blancas y de exageraciones. El vídeo está interpretado en Lengua de Signos.
El Gay Liberado
Hay que llegar al 2010 para encontrar el personaje más luminoso de visibilidad gay de la música italiana: Tiziano Ferro, señor marika de la canción popular y su caso ejemplar de salida del armario en la revista Vanity Fair.

«Me quiero enamorar de un hombre»
Tiziano, a partir de este momento, ha contado a la prensa todo el sufrimiento que le había comportado estar en el armario como persona originaria de una ciudad de provincia, Latina, que de repente en 2001 ha entrado en el star system heteronormativo, y ha compartido todos los miedos que podría provocar una identidad LGTBIQ para la carrera de un personaje famoso.
Lo amamos, con toda su homo-normatividad, y lo apreciamos sobre todo por que ha respetado sus tiempos. Actualmente sigue siendo el italiano LGTBIQ más popular en el mundo.
No obstante el retraso en su salida del closet, Ferro ha diseminado una serie de huellas en su carrera pre-coming out que revelan una honestidad y una coherencia en todo su recorrido artístico. Primeramente, casi todas sus canciones han utilizado un lenguaje neutro en las letras letras. La importancia de un uso no hetero-declinado de los adjetivos de segunda persona de los objetos del deseos de los textos, detalle que podría parecer poco importante, ha permitido reconocernos en sus historias a personas de todos los géneros. Ya hemos escrito sobre la importancia de la inclusividad del lenguaje para crear modelos culturales que sean referentes de diversidad.
En segundo lugar, Tiziano escribió en 2004 la estupenda pieza Ti Voglio Bene, declaración del fin de una amistad con «su mejor amigo».
Las letras se pueden interpretar como un grito desesperado de un amor que no puede ver la luz y en un reflejo de nuestras homofobias interiorizadas. ¡Y al final de la canción hasta confiesa que ya no podía soportar el olor de su amigo!
«una copertina ed anche un video forte / fidanzate tante quante se piovesse / anche se poi le paure son le stesse…»
«una portada y también un vídeo fuerte / novias como si lloviera / aunque los miedos sean los mismos…»
Pero la pista más evidente del camino a su diversidad está en otra canción, del 2007, esta vez alegre y divertida: E Raffaella è mia, en la que Tiziano cuenta, sacando toda su pluma y terminando con un baile con la misma Carrà, las inquietudes de las pequeñas marikas como yo que habían soñado en los 80 ese Ballo Ballo en libertad.
En estos diez años Tiziano Ferro ha continuado su producción musical con la misma atención a la inclusión de todos los géneros. Creemos que la mejor performance en este progreso sea la interpretación en Sanremo 2020 de la intensa Almeno tu nell’universo de Mia Martini, manteniendo la letra de la canción dirigida hacia un hombre.
El segundo icono con la misma luz tenemos que importarlo desde fuera de Italia: estamos hablando de Mika. El cantautor anglo-libanés salió del armario en 2012, pero toda su carrera es un ejemplo de visibilidad y de referencias LGTBIQ*, enseñadas con actitud siempre amorosa y delicada. Entre nuestros temas favoritos: Grace Kelly, We are Golden, Domani…

Fotograma del vídeo de «We Are Golden», en el que Mika lo da propio todo
Personaje de espectáculo de una inteligencia y una empatía excepcional, se volvió muy popular en Italia como juez del reality X Factor, luciendo un idioma casi perfecto y una sensibilidad musical excelente. Gracias a este éxito, la RAI le ha dado la oportunidad de crear un programa todo suyo, Stasera Casa Mika, en el que ha mostrado todas sus virtudes artísticas polifacéticas, pero sobre todo ha incluido momentos teatrales y vivenciales en favor de la lucha contra la LGTBIfobia.
La canción Hurts del 2016 forma parte de la banda sonora de la preciosa peli italiana Un Bacio de Ivan Cotroneo, obra que denuncia el acoso escolar y la homofobia en nuestro país.
La Nueva Generación Fluida
En los años 10, sobre todo gracias al ejemplo de Tiziano Ferro, se ha abierto el camino a otras salidas del armario como gay o bisex, generalmente por parte de cantantes de menor éxito, como Marco Carta, Valerio Scanu o Michele Bravi.
Pero la nueva perspectiva de libertad en la música italiana se va construyendo sobre una nueva identidad fluida, cuir o directamente basada en la declaración que «la sexualidad no es importante», como en el caso del cantautor Marco Mengoni, óptimo ejemplo de autor que usa el género neutro en todas sus creaciones.
Si el Sanremo 2016 se caracterizó por una ola arcoiris de apoyo a la campaña por la ley de uniones civiles que se habrían aprobado ese mismo año con décadas de retraso, los dos ejemplos más importantes para cerrar mi recorrido son dos artistas que han llegado al éxito en los últimos dos años.
En 2019 el ganador del Festival fue Mahmood, joven cantante racializado que triunfó en la época del ministro Salvini con la canción Soldi, que tiene unos versos en árabe y habla de la difícil relación familiar con el padre.
El productor, autor y director de orquesta de esta canción, que ha revolucionado la música de Sanremo es Dardust, maravilloso músico de género electro-pop, y amigo de juventud.

Dardust y Mahmood
Mahmood, gran intérprete e innovador de la canción pop, cuenta sus vivencias en sus letras, mezclando rap y electrónica, melodía y sinceridad. Pero ha declarado en 2019 que ya salir del armario no es importante, y que la vida privada no tiene a que ver con el artista público.
Por otro lado, nos está regalando mes tras mes canciones estupendas y vídeos comprometidos y seductores, como es el caso de la obra maestra Barrio. Personificando toda la fuerza de una nueva generación más libre y abierta.
En Rapide (2020) entre columnas griegas, olas y tortugas gigantes, creemos que Mahmood ha tocado su punto más álgido de verdad marika y al mismo tiempo realizado el vídeo italiano más homoerótico que recuerde.
Y por fin hemos llegado al icono 2020 que ha representado un terremoto en la cultura del espectáculo y de la televisión popular, gracias a su participación en la última edición del Festival de Sanremo: Achille Lauro.

Achille Lauro besa a Boss Doms, amigo y músico de su canción, en la última gala de Sanremo 2020
Achille Lauro ha desdibujado y redibujado los límites de la televisión nacional italiana, ha creado un nuevo marco de diversidad dentro del marco más tradicional. Y todo esto sin definirse en ningún momento como LGTBI ni Q, quizás sea post-LGTBIQ. Quizás sea el asterisco más brillante que Italia haya relucido en 70 años de Festival.
Su declaración de cambio, dosificada en plan teatral-televisivo increíblemente estudiado, se coló en el contexto más retrógrado de la cultura italiana, hasta llegar a educar a abuelos y niñes. Su canción Me ne frego (Me importa un pepino) juega con la libertad y con la humildad, con la sencillez y con la auto-ironía, llega adonde muchos políticos ni activistas habían llegado, usa el medio TV para alcanzar 20 millones de espectadores expectantes.
Achille ha declarado que su cuádruple performance, inspirada en el San Francisco de Giotto, en Ziggy Stardust de Bowie, en la marquesa Luisa Casati Stampa y en la reina Isabel I de Inglaterra, surgió de la necesidad de rebelar a su adolescencia frustrada por muchas masculinidades tóxicas y violentas. Y como homenaje a su feminidad reprimida, y a las mujeres que lo acogieron.
Se podrían enseñar las 4 galas enteras, o una de las canciones anteriores (1990 es una joya RARA), pero creo que la venganza definitiva de la pequeña marika italiana que os ha contado esta historia es el dueto donde Achille, acompañado por la cantante Annalisa, interpretaron Gli uomini non cambiano, pieza de intensidad sublime, éxito de Mia Martini en 1992.
Luces, interpretaciones, escenografía, complicidad, memoria y activismo de géneros, la perfección hecha televisión. Las letras de Mia Martini son todas en femenino y hablan de la violencia machista recibida por una mujer a lo largo de su vida.
De mayor serás Marika
Para cerrar este camino, quiero confirmar que, en la opinión de quien escribe, salir del armario en 2020 es todavía necesario, para visibilizar modelos positivos de diversidad y luchar juntas contra el dolor de las LGTBIQfobias patriarcales.
Si además una sale del armario con la ironía y el humor de Immanuel Casto y su «Da Grande sarai Fr**io», seguramente, todo saldrá mejor.
En esta canción del 2015, el Casto Divo juega con la re-apropiación de los insultos en distintos dialectos italianos y con los distintos estereotipos del ambiente gay, invitando a todas a «non stare zitto in un Paese che ti ignora, Esci allo scoperto quando verrà l’ora…» (no te calles en un País que te ignora, sal a la luz cuando llegue la hora…).
Matteo Ricci Ugatti, 8 de junio de 2020
Frocio italiano, celebrando sus primeros 10 años viviendo en Madrid
y desafiando a otras personas LGTBIQ* para que compartan sus iconos
Muy buena reseña.. Espero la continuación con tu opinión sobre Sanremo 2022. Saludos.