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Creando palabras para un lenguaje inclusivo

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febrero 4, 2020 por matteryu

Las palabras importan: a través del lenguaje que usamos podemos crear discurso social. Escribimos este post partiendo de la premisa que la elección de nuestro lenguaje verbal tiene valor político y que no tenemos miedo a inventar nuevas palabras.

De estas maneras, podemos influir en los pensamientos de las personas con las que comunicamos e incluso, desde lo personal hacia lo colectivo, podemos lograr cambiarlos y así crear un entorno más inclusivo.

Estas reflexiones nacen a raíz del taller Jueves en Orbita – Creando Palabras del 23 de enero 2020, que propuso reflexionar sobre el lenguaje inclusivo, intentando buscar grupalmente estrategias y estímulos para la visibilización de todos los géneros.

A su vez la actividad estaba inspirada por la lectura del Fanzine “Género Neutro y Lenguaje Inclusivo” de Lauredal Ediciones, que ha ofrecido muchas ideas para el debate y del que vamos a difundir algunos de sus estímulos sobre Lenguaje Neutro en Castellano.

LEE la segunda edición del FANZINE

Sobre todo escribimos nuestro primero post orbitante exclusivamente dedicado al tema, por las crecientes inquietudes que han surgido a lo largo de estos 7 años y medio a la hora de escribir artículos, mails, anuncios y carteles de actividades. Dudas y temores compartidos entre les socies, en el afán de buscar un equilibrio entre un lenguaje realmente respetuoso de todas las identidades y sensibilidades, sin reproducir nuevas invisibilizaciones de la identidad femenina.

LOS CONTEXTOS IMPORTAN

Hay una ulterior premisa que queremos destacar, antes de meternos en el charco, y trata de valorar la enorme flexibilidad de los lenguajes, según los distintos contextos en los que los usamos. En primer lugar hay que recordar que comunicamos en distintos contextos sociales poniendo en juego distintas estrategias lingüísticas de inclusión; en otras palabras, el uso de las diversas formas de lenguaje neutro o inclusivo varían, según hablemos en un círculo activista, en un contexto de trabajo, entre amigues, o en una comida familiar.

En segundo lugar, hay distintos contextos comunicativos para aplicar las estrategias, contextos que corresponden a reglas gramaticales distintas.

En singular en primera persona, YO puedo decidir en cada momento qué género usar. En singular en segunda persona (TÚ o USTED), creemos que la forma más respetuosa de actuar es preguntar con cariño a mi interlocutore qué pronombre prefiere.

Más conflictos surgen a la hora de hablar en plural, tanto que sea referido a un grupo definido (NOSOTRES, VOSOTRES o ELLES), tanto que sea indefinido genérico de tercera persona plural o singular (ejemplos: «Les Italianes hablan mucho», «Se busca camarere»).

Este humilde texto quiere explorar justo estas últimas cuestiones colectivas, concentrándose especialmente en las posibles palabras a usar en grupo en nuestras actividades abiertas de Orbita Diversa.

DE-MASCULINIZAR LA LENGUA

El uso del masculino genérico responde a siglos de cultura androcéntrica, resultado de un sistema patriarcal del que ha seguido nutriéndose. El lenguaje ha sido creado culturalmente por hombres que lo han forjado para reforzar su propio privilegio.

El uso del masculino como «neutro» invisibiliza a las mujeres y a las personas de género no binario, las coloca en un estado de «alteridad» respecto a quien detiene el poder del lenguaje, lejos del protagonismo comunicativo. Y – como lo que no se nombra no existe – las mantiene en un estado de inferioridad.

Compartimos un vídeo-experimento sobre el masculino genérico a través de dibujos, realizado por el departamento de Artes Plásticas del IES Berenguer Dalmau de Catarroja, publicado el 03.02.20.

Además la ausencia de un género neutro puede crear problemas puramente comunicativos. Si yo digo «todos los chicos del taller», ¿me estoy dirigiendo a todas las personas o sólo a los que se identifican como varones? E incluso al contrario, si confieso a Ofelia «eres mi mejor amiga», ¿Estoy incluyendo en esta evaluación a todes les amigues de género no femenino?

OS y AS

La primera forma que se creó para de-masculinizar un lenguaje sexista, fue sencillamente desdoblar el género: «Bienvenidos y bienvenidas», y mejor si el AS adelantaba el OS. Nació realmente hace poco, a final de siglo XX; personalmente recuerdo todavía el orgullo mixto a temor en usarla en Italiano en mis primeros años de activismo LGTB.

Un temor que nacía de lo inusual y largo que sonaba aquello, que se reflejaba en una dificultad en pronunciarlo. Un orgullo que nacía del fastidio que provocaba escuchar ese masculino genérico tan tajante y violento.

AS

Mi forma personalmente favorita en este momento de mi camino es el femenino genérico: «Bienvenidas». Ya en 2020 tiene mayor éxito, gracias al famoso «Consejo de las Ministras». Hay dos razones posibles para usar el AS. La primera, más humanista y menos rabiosa, tiene su motivación en la palabra «persona», gramaticalmente femenina. Todas somos personas y todas podemos acoger esta forma.

La segunda razón, que personalmente reivindico, es una causa de justicia retributiva, el objetivo de compensar años de identidades borradas por el idioma, es un rechazo a una masculinidad tradicional, es un triunfo de Mi Pluma con A.

El femenino plural nos lleva otra vez a la cuestión del contexto. En el ambiente gay, llevo años escuchando el femenino en apodos entre amigas en contextos informales, pero al mismo tiempo, a lo largo de mi activismo en diversidad sexual, me he encontrado con varias expresiones de resistencia a esta feminización, en el caso que se usara en contextos más formales como un aula o un taller de formación. O sea, más directamente: bien el femenino si es una broma despectiva misógina, mal, si es una reivindicación contra el machismo del lenguaje en contextos formales.

ES

Aunque hubo una primera propuesta de uso en 1998, sólo en los últimos años se está difundiendo el uso de la E para marcar el género neutro y para incluir en el lenguaje a las personas trans* no binarie (agéneros, bigéneros, de género fluido): «Bienvenides». El Castellano permite jugar con esta vocal para crear nuevas palabras que puedan re-significar la comunicación con una perspectiva más diversa, además de resolver los posibles problemas de claridad comunicativa de que hablamos antes.

Con esta introducción en el lenguaje, ahora podemos usar AS para mujeres, OS para hombres y ES para personas no binarias y para el plural genérico. El fanzine de Lauredal nos propone un amplio diccionario de todas las distintas formas morfológicas que se pueden introducir con este nuevo género gramatical.

El genérico neutro va introducir nuevas palabras:

en los pronombres personales: elle, nosotres, vosotres, elles

en los posesivos: míe, tuye, nuestre…

en los indefinidos: algunes, poques, muches, todes, otre…

en el demostrativo aquelle

en el artículo le

En los adjetivos de calidad, la regla vale sólo en los que tienen forma o/a: guape, divertide, madrileñe, mientras libre, feliz e hipócrita ya tenían forma neutra.

En los sustantivos, vale lo mismo. Podemos crear el neutro en E, cuando el nombre se refiere a una persona y ya no tenga su versión neutra (ej. turista) o su género propio (ej. prodigio). En este caso podemos crear: chique (adaptando la ortografía) o portere, maestre, cocinere….

Más esfuerzo creativo requieren los sustantivos como escritor/a, por que el plural masculino coincidiría con el neutro, y los sustantivos en e/a como presidente/a. De ahí la posibilidad de reinventar el masculino: escritoro, presidento o el ya popular señoro… Casos especiales son nombres como príncipe, sacerdote o actriz: dejamos a nuestres lectores la posibilidad de crear.

Nos gusta mucho el caso de la transformación de madre/padre para indicar una familia de origen inclusiva. El fanzine nos suguiere usar adres, a OD nos gusta mucho mapas.

Estamos conscientes de que muchas de estas palabras puedan sonar curiosas o raras, pero el cambio necesita de pioneres que acojan la transformación y la usen para que en unos años ya se integre en nuestra cotidianidad. Tenemos que agradecer la flexibilidad musical del Castellano, que tiene tres vocales «neutras», y en algunos casos de hecho usa la I (amiguis, compis).

En Italiano, lengua que comparte la misma origen latina, el plural se construye usando otras dos vocales. Masculino singular: «benvenuto», plural: «benvenuti». Femenino: «benvenuta, benvenute».

¡La única vocal que se quedaría libre por su neutralidad es la U!, creando así un nuevo lenguaje inclusivo muy curioso, por la poca costumbre al uso de esta letra.

AS/OS/ES

La mayor critica que se puede mover al uso del neutro genérico es que, en el afán de visibilizar a las personas de género no binario, volvería a invisibilizar a las mujeres. Por esta razón, como Orbita Diversa, en ocasiones formales y en las aperturas de actividades triplicamos el género: «Bienvenidas, bienvenidos y bienvenides», convencides que sumar es la mejor forma de incluir.

«Orbet Diverset Feliz de Acoger», una bienvenida creada en el taller

Para suplir a la tal vez necesaria exigencia de síntesis y para callar a los señoros (esta vez sí en OS) que critican este triple género por falta de «economía del lenguaje», podemos experimentar dos distintos criterios de alternancia de los géneros.

Alternancia Matemática: se trata de elegir un género para dirigirse a un grupo de personas, según la «mayoría» de personas presentes. Está claro que este criterio está basado en el puro juicio personal de quien observa las expresiones de género de les otres, y por otro lado es una forma de evitar el conflicto.

Alternancia casual: mucho más artivista y teatral es usar, con improvisación y juego, la primera vocal que nos salga, intentando alternarlas de forma casual, dando ritmo al lenguaje hablado e incluso eligiendo con espíritu poético la forma que más encaja en cada frase. Al fin y al cabo, los géneros gramaticales son ficciones: ¿quién decidió que un bolígrafo es masculino y una botella es femenina?

ESCRIBIENDO EL NEUTRO: @ * X

Hasta aquí hemos considerado el lenguaje hablado, pero ¿qué pasa cuando escribimos?. A lo largo de estos años, a partir de principio de siglo XXI, se han usado distintos caracteres especiales, recogidos fuera del alfabeto: principalmente la arroba y el asterisco – curiosamente en Italiano era más usado el *, mientras en Castellano la @. Ambas «letras» no se pueden usar en direcciones mails o claves, entonces se difundió más el uso de la equis, que por lo menos es una letra del alfabeto.

El problema es que si queremos construir un lenguaje inclusivo, ninguna de estas tres posibilidades se puede pronunciar por programas de lecturas, y esto va a perjudicar la inclusión de las personas con discapacidad visual.

Por esta razón, volvemos a nuestras vocales y podemos elegir unas de las formas ya descritas:

AS, femenino genérico

ES, neutro genérico

OS/AS/ES, triplicar los géneros

OS o AS o ES, con alternancia teatral

OTRAS FORMAS

Nuestra inquietud nos empuja a seguir buscando todas las posibles formas inclusivas, con espíritu artivista y con ganas de lanzar nuevas palabras. Gracias al fanzine y a los talleres Jueves en Orbita, han surgido más oportunidades:

IS: la ya citada IS (ej. todis mis amiguis) crea una atmósfera muy «italianini».

US: se podría utilizar la U también en Castellano: Bienvenidus.

ELIMINAR LAS VOCALES: considerando que estas 5 letras nos crean tantos conflictos, podríamos resolver el problema a raíz y quitarlas todas del medio: Bienvenids, eso sí, corriendo el riesgo de perder de musicalidad en lo hablado.

ABREVIACIONES: la estrategia de eliminar letras se podría aplicar de forma más radical, adaptando las palabras al ritmo y al sueno de nuestras frases. Por ejemplo usando Bienv, mucho más ligero y rápido.

OTROS IDIOMAS: jugando con aún más creatividad, se podría usar léxico de otros idiomas, allá donde nos ofrezcan soluciones más inclusivas, y mezclarlas: desde el argentino vos a las muchas posibilidad que ofrece el Inglés, que neutraliza los pronombres personales de tercera plural, los artículos y todos los adjetivos.

ALTERNATIVAS CREATIVAS: si dar una bienvenida marcando el género nos sigue creando problemas, podemos buscar otras vías de escape y sustituir «bienvenides» con fórmulas innovadoras cuáles «felizdeveros» o «envuestracasaestáis».

DISFRUTAR DE LO INCLUSIVO QUE YA EXISTE

El Castellano, y en general todas las lenguas romances, tienen muchas más opciones inclusivas de las que nos surgen en un primer instante.

Primero, una larga serie de sustantivos colectivos, que sí tienen género gramatical propio, pero incluyen a todas las identidades de género: plantilla, juventud, alumnado, reparto, grupo, comunidad, hasta llegar a humanidad.

La palabra persona (y/o también ser) tiene una extrema flexibilidad y se puede aplicar en plural con una infinidad de calidades: personas ancianas, personas bisexuales, personas madrileñas…

En algunos casos, intentaremos tratar de re-estructurar la sintaxis de una frase, usando formas realmente neutras, como le maravillose QUIEN: en vez que decir «los facilitadores del taller», diríamos «quien ha facilitado el taller».

COMPARTIR, CREAR, CAMBIAR

En este artículo hemos intentado recoger todas las oportunidades que se han evidenciado hasta ahora, con una perspectiva de suma y de inclusión, conscientes que este trabajo está en continuo cambio y que mañana nuestro lenguaje será distinto que hoy.

En el fondo, se queda la necesidad de seguir investigando por que tenemos varias resistencias a un uso innovador y creativo del lenguaje, más allá de las excusas más estereotipadas que muy a menudo surgen desde una perspectiva conservadora: «Es que suenan mal», «es que la RAE no lo preve», «lo más importante es la economía del lenguaje».

A la base de todo esto creemos que hay la verdadera cuestión que mueve estas resistencias al cambio: la renuncia al privilegio de estar en el centro de un discurso y de dejar espacio, visibilidad y dignidad a las identidades que siempre se han quedado en los márgenes.

Mujeres, personas no binarias y disidentes sexuales reclaman a viva voz ser nombrada, escritas y comunicadas para sumar más riqueza a la diversidad.

Como cierre de esta reflexión, sugerimos con pasión que el lenguaje verbal puede ser acompañado y apoyado en cada momento por otros códigos. ¡Recordemos que cuando hablamos sólo menos del 30% de la comunicación pasa a través de las palabras!

Al final del taller, propusimos al grupo de crear nuevas bienvenidas en nuestra órbita diversa. En los mensajes escritos, invitando a incluir otros códigos además de lo verbal, como el dibujo o los símbolos. En los mensajes orales, a usar todos los cuerpos, los gestos y la entonación de la voz posibles, para abrir nuevos canales de comunicación y así poder contactar con más personas.

Sólo dejando nuestras antenas abiertas a la diversidad y a la creatividad podemos construir colectivamente un lenguaje más inclusivo.

Matte RyU

Gracias al fanzine “Género Neutro y Lenguaje Inclusivo” de Lauredal Ediciones y a la ilustración de @Aru Borrego.

2 pensamientos en “Creando palabras para un lenguaje inclusivo

  1. […] plural, a dinámicas de juegos creativos, desde el léxico de la diversidad afectivo-sexual, a la inclusión del género neutro en la gramática. Cada encuentro termina con una canción LGTBIQ+ que da el nombre a la […]

  2. […] No obstante el retraso en su salida del closet, Ferro ha diseminado una serie de huellas en su carrera pre-coming out que revelan una honestidad y una coherencia en todo su recorrido artístico. Primeramente, casi todas sus canciones han utilizado un lenguaje neutro en las letras letras. La importancia de un uso no hetero-declinado de los adjetivos de segunda persona de los objetos del deseos de los textos, detalle que podría parecer poco importante, ha permitido reconocernos en sus historias a personas de todos los géneros. Ya hemos escrito sobre la importancia de la inclusividad del lenguaje para crear modelos culturales …. […]

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